La formación es esencial en nuestra sociedad, precisamente por ello elegisteis abrir un centro de estudios ¿no? También por ello los clientes, o alumnos, se acercan hasta el centro: porque buscan la formación que necesitan.
Que un alumno contrate un curso de formación es reflejo de que el marketing de la academia funciona. Pero, ¿qué ocurre una vez que el alumno concluye el curso? Es imposible que el 100% del alumnado continúe con su formación una vez que el curso pactado finaliza, pero siempre hay un porcentaje de alumnos que podrían convertirse en alumnos fijos. Aunque para ello hay que seguir una estrategia de captación de alumnos.
Si aún no conseguís que los alumnos puntuales se conviertan en fijo, quizás deberías revisar estos puntos para lograrlo.
Cómo convertir a alumnos puntuales en alumnos fijos
Escuchar cuáles son sus objetivos, e intentar adaptarse a ellos
Un cliente que se informa en vuestro centro de estudio puede haberlo hecho gracias al marketing, a la localización, a las referencias o por ser el único centro que ofrece un determinado servicio en la zona. El hecho de que elijan el centro ya es un punto a favor, pero no es definitivo.
Cada alumno tiene necesidades, objetivos y expectativas diferentes. Y aquí es donde se produce el primer error, en intentar “colar” al alumno algo que no es exactamente lo que está buscando. Escuchar y analizar sus objetivos es el primer paso para captarlos, el segundo será ofrecerle una solución a medida.
Las mentiras tienen las patas muy cortas
Una solución que no siempre es posible darles. Así que, en el caso de que las condiciones, los resultados o el tipo de formación no sea exactamente el que buscan, hay que ser claros: presentarle las opciones disponibles indicando puntos a favor, pero también destacando en qué difieren de sus expectativas. Es decir, que el alumno no se sienta engañado una vez que comienza el curso, un alumno siempre valora contar con toda la información disponible.
Siempre es mejor un posible alumno perdido que un alumno “ganado” que se queje y desmotive al resto del grupo y se produzca el temible “efecto contagio”.
Estudiar, ¿una obligación o una devoción?
La formación es una obligación en la mayoría de los casos, pero ¿tiene el alumno que ser siempre consciente de ello todo el tiempo que dura el curso contratado? ¡Claro que no!
Convertir un curso por obligación en una actividad motivada puede ser la clave para que algo que comienza como una necesidad termine convirtiéndose en algo que se hace por el deseo de seguir aprendiendo.
En este punto hay dos factores importantes para conseguir que los alumnos esporádicos se conviertan en fijos:
Por un lado, la elección del docente más adecuado será clave, entusiasmo, vocación y pasión por la materia que enseña son aspectos que se contagian en el alumno y que hacen que el aprendizaje por obligación se convierta en aprendizaje con motivación.
En segundo lugar, el aula virtual de Classgap puede marcar la diferencia, convirtiéndose en un elemento original e innovador a través del cual seguir las clases, ampliar la formación, encontrar asesoramiento, ¡y hasta opiniones de cursos avanzados!
Una reclamación o una queja son tema serio
Al pensar en una reclamación es normal llevarse las manos a la cabeza, ya que indica que algo no va bien. Pero detrás de ella siempre hay un cliente insatisfecho. Si se saben plantear desde el enfoque adecuado, una reclamación o una queja pueden ayudar a mejorar la formación, los cursos y hasta el servicio que ofrece el centro de estudio.
No ocurrirá en ocasiones, pero si una reclamación es tomada en serio y se aplican medidas adecuadas, el nivel de satisfacción del alumno mejorará, y puede que hasta se plantee seguir como alumno.
Nunca decir adiós del todo…
¿Curso terminado? ¡Adiós alumnos, os echaremos de menos!
¿Qué tal si esa despedida se convierte en un hasta luego? El objetivo ahora es conseguir que no olviden el centro de estudios del todo, sobre todo, aquellos alumnos que no tienen pensado contratar un curso nuevo a corto plazo.
Formas de lograrlo hay varias, desde enviar una encuesta de satisfacción online unos días después de su finalización, hasta invitarles a seguir el centro de estudios en las redes sociales, motivarles a visitar la web o las redes con videotutoriales relacionados con el curso o, incluso, invitarles a suscribirse a un boletín de noticias del centro.
Lo importante es conseguir que no se olviden del centro, y mejor aún si, al mismo tiempo, descubren el resto de servicios que la academia propone.
Conseguir que un grupo de alumnos elijan el centro en una primera ocasión es cuestión de un buen plan de estrategias de marketing, pero conseguir que los alumnos puntuales se conviertan fijos también es cuestión de contar con un buen plan de captación y fidelización.