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“Writing Essays”. Características generales y consejos para realizar esta prueba con éxito

 

Qué es un “essay”:

 

Uno de los ejercicios que hemos de realizar prácticamente en cualquier examen con el que pretendamos obtener un certificado oficial que acredite nuestro conocimiento de la lengua inglesa es la redacción de un “essay”. Muchos os preguntaréis qué es un “essay”. Pues un “essay” no es más que una redacción, un escrito bien estructurado en el que se ha de organizar el contenido correspondiente.

 

No tengo ideas ¿Qué hago?

 

 En este sentido, una de las grandes ventajas con las que cuentan los estudiantes que se enfrentan a este ejercicio es el hecho de siempre recibirán un tema sobre el que elaborar su escrito e, incluso, en muchos tipos de examen contarán con ejercicios de lectura previos cuya temática está estrechamente relacionada y, gracias a la cual, podrán obtener ideas que desarrollarán y enlazarán de forma adecuada en su “essay”. Sin embargo, es muy importante destacar que copiar literalmente información de la lectura previa lleva aparejada una penalización importante por parte del examinador. Sin embargo, en otros tipos de examen no existe una lectura previa, pero sí citas y frases cortas (“prompts”) que ayudan a los estudiantes a conseguir ideas para poder elaborar su “essay”. En cualquier caso, los temas que se suelen proponer se refieren a aspectos generales de nuestra realidad y nunca se adentran en cuestionen específicas que desconozcamos.

 

Las ideas no son tan importantes:

 

Y es que para la gran mayoría de los estudiantes la falta de ideas y, por lo tanto, no saber qué decir les produce mucha ansiedad. Sin embargo, las ideas que se plasman en cualquier prueba escrita son un elemento secundario, pues los examinadores no prestan gran atención al contenido, siempre y cuando sea coherente, pero sí a cómo se articula el mismo por medio de la presentación y organización en párrafos, la gramática que el alumno debe conocer y los elementos de enlace o conectores (aunque, sin embargo, pero, por otra parte…), que sirven para hilar dichas ideas.

 

Planificación y organización del contenido:

 

Así, una vez que sabemos de forma general cuáles son las características generales de un “essay” y qué ideas vamos a desarrollar, es muy importante saber cómo abordar dicha tarea. Para hacerlo correctamente, evitar tachones y que el tiempo se nos eche encima; debemos “invertir” unos minutos en planificar nuestro ejercicio. En esta planificación debemos determinar cuál va a ser el título de nuestro texto, de cuántos párrafos constará y las ideas que contendrá cada uno de estos párrafos. De hecho, en cualquier tipo de “essay” el primer párrafo será siempre una introducción breve que dé una idea clara al lector (el examinador) de qué tema se va abordar. A continuación, un número variable de párrafos dependiendo del número máximo de palabras que se exijan, la cantidad de ideas y el nivel del alumno. Y por último, en casi todos los casos, la conclusión se deberá incluir en un párrafo independiente y deberá contener, según el tipo de “essay”, bien una valoración o una elección por parte del alumno de acuerdo a lo que haya expuesto en los párrafos anteriores.

 

* Las características de los distintos tipos de “essays” se analizarán en próximas entregas.

 

La gestión del tiempo y la asunción de riesgos, nuestros peores enemigos:

 

No obstante, he de decir que si bien a muchos de mis alumnos les parece una tarea difícil, ésta es simplemente una técnica que se madura en poco tiempo. Es más, por mi experiencia pienso que redactar un “essay” es la parte más sencilla de todo el ejercicio una vez que hay ideas claras con las que trabajar. De hecho, para la mayor parte de mis alumnos gestionar el tiempo con el que cuentan para realizar el ejercicio durante el examen representa su mayor dificultad, sobre todo porque no planifican la organización ni el contenido. Además, en muchas ocasiones adoptan riesgos innecesarios, es decir, en su afán por utilizar oraciones en voz pasiva, condicionales… o palabras que denoten un mayor nivel; cometen errores que pasan factura en la corrección del examen. Por esta razón, siempre aconsejo minimizar riesgos y si no sabemos cómo se escribe una palabra o cómo se construye una oración, debemos sustituirlos por otros elementos que no alteren el significado y de los que estemos totalmente seguros. En este sentido, he de decir que los examinadores suelen ser profesionales con mucha experiencia que valoran positivamente que los alumnos cuenten con recursos para salir del paso.

 

Entonces qué pasos debo seguir para hacer un buen ejercicio:

 

El comienzo debe ser siempre una lectura cuidada de las instrucciones del ejercicio ¿Cuántas veces hemos terminado un examen y pensamos que lo hemos hecho perfectamente hasta que nos damos cuenta de que hicimos algo que no nos pedían? A continuación, debemos invertir unos 3-6 minutos en nuestra planificación, para la cual solemos contar con papel de sobra, y trabajar en el título y en la organización y el contenido de nuestro “essay”. Éste es un tiempo ganado, no perdido, pues cuando empecemos a escribir evitaremos tachones y el eterno retorno al principio. Y, por último, una vez que hayamos terminado la redacción, debemos contar con suficiente tiempo para leer una o dos veces nuestro texto con el fin de localizar posibles errores de ortografía y puntuación, y corregirlos. Por lo tanto, para hacerlo bien, la gestión del tiempo es fundamental y solo lo conseguiremos si contamos con un plan de trabajo bien definido.

 

 

 

 

 

 

 

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